Nabucodonosor

Nabucodonosor - Sus Riquezas
Nabucodonosor era el poderoso rey del Imperio Babilónico entre el 604 y el 562 a.C. Numerosas tablillas cuneiformes y textos antiguos hablan de sus logros maravillosos y carácter orgulloso. "¡Mira, Babilonia la grande! ¿No es esta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?" Nabucodonosor confiaba en sus inmensas riquezas y poderosos guerreros -- Él no tenía espacio para Dios en su reino.

Sin embargo, al final de su reino, Nabucodonosor tuvo una llamada de atención filosófica. De la noche a la mañana, pasó de poderoso rey a lunático errante, al ser afligido con una manía psicótica que lo hizo actuar como un animal. Se dejó crecer el cabello y las uñas, vagando alrededor de los campos comiendo pasto.

Nabucodonosor - Su Relato
A los siete años de este mal, Nabucodonosor volvió a sus cabales; inmediatamente, se dio cuenta del error de toda su vida. Él una vez gobernante sin dios era ahora un hombre temeroso de Dios. De hecho, su propia trayectoria filosófica está registrada en los textos antiguos del profeta Daniel, quien vivió como cautivo en Babilonia.

"Yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo. Y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre.

"En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí. Y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. Ahora, yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo:

Porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos. Él puede humillar a los que andan con soberbia."

Nabucodonosor - Su Humillación
Nabucodonosor fue un poderoso rey, que gobernó un vasto reino. Para los estándares del mundo, él fue el hombre más poderoso de su tiempo. Sin embargo, mediante una temporada de humillación, Nabucodonosor llegó a reconocer que Dios es un rey mucho más poderoso, que gobierna un reino que no tiene fin.